9 de julio de 2011

Dia II (7-7-2011)

He de decir que el momento en el que me desperté y vi por la ventana (por primera vez) todos los edificios iluminados por el Sol fue único.

Bajamos a desayunar a cualquier bar y encontramos uno en el que ahora desayunamos todos los días. Yo me fui bebiendo mi hot chocolate (qué bien suena) por el camino.
Al principio tuve bastante jet lag, y con el calor, tenía unos escalofríos exagerados...pero poco a poco se me fue pasando, quizás porque esto es Nueva York.
Pasamos por debajo del Chrysler Building y el Empire State, enormes, increíbles, ya los veía como si fueran unos conocidos de toda la vida y me daban ganas de abrazarlos.

Después de ver (por primera vez) a los dos grandones, caminamos por las avenidas hasta llegar a la Grand Central Station; estación neoyorquina por excelencia de la que yo me acordaba por mi juego de Spiderman en la PSP.  Toda la gente iba de un lado para otro en masa, pero nadie, absolutamente nadie, se chocaba...todo el mundo sabía a dónde iba y estaban coordinadísimos para ni rozarse...yo sí me choqué xD
Increible.


 Era enorme y cada escalera te llevaba a un sitio, había un montón de tiendas y policías con metralletas, a parte del famoso reloj y una bandera gigante.
Más tarde, visitamos St. Patrick's Cathedral y a mí como siempre se me puso la piel de gallina (siempre que entro en una iglesia, catedral o museo me pasa) además, era la primera catedral que veía con aire acondicionado. En cada banco había como 15 libritos con todas las canciones para cantar durante la misa.

Y después a hacernos los pijos por la Fifth Avenue (o Quinta Avenida), donde no había precios en los escaparates y una botella de agua te costaba 4 dólares prácticamente. Gucci, Louis Vuitton, Sephora (donde compra Carrie en Sexo en Nueva York)...sitios donde los "hijos de negro" como dice mi tio, no podemos comprar. Aún así, nos hicimos los guays.



Y seguimos paseando por las avenidas convencidos de que estábamos bajando al Downtowno, pero las calles subían de número, y es que en realidad íbamos al revés y nos encontramos cara a cara con el Sr. Centtral Park. Ya os podéis imaginar mi emoción. A la entrada había un lago enoooooorme donde alquilaban barcas. Nosotros teníamos pensado coger bicicletas, así que nos recorrimos la mitad del parque buscando un puesto, todo eso después de comprarme algo tipo Nestea porque me volvió el jet lag al cuerpo.
Encontramos por fin un puesto y, aunque el tio era un antipático, cogimos bicis, desde las que no me llegaban los pies al suelo.
Dimos con ellas la vuelta a todo Central Park, con cuestas muy muy inclinadas hacia abajo por las que bajaba a una velocidad increíble con todo el viento en la cara y sonriendo como una tonta gritando "Yuuuuuuuuuhuuuuu", eso si, después había también cuestas empinadísimas hacia arriba.






No hay comentarios:

Publicar un comentario