7 de abril de 2011


Sobre la falda tenía el libro abierto, en mi mejilla tocaban sus rizos negros; no veíamos las letras ninguno, creo; mas guardábamos ambos hondo silencio...
¿Cuánto duró? Ni aun entonces pude saberlo.
Sólo sé que nos volvimos los dos a un tiempo, y nuestros ojos se hallaron...y sonó un beso.








Bécquer.

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